by Anonymous
Hace exactamente dos meses conocí una muchacha a la que debía enseñar a programar. Sin embargo, el que terminó aprendiendo cosas mucho más valiosas y significativas fui yo.
El aprendizaje es un camino sin fin y que aún no termina, pero en este corto tiempo he aprendido a apreciar algunas cosas que no sabía que estaban ahí: una taza de café, un momento con mi familia, o una vista hermosa.
Elena, me has enseñado a darle más espacio a mi espacio personal, a divertirme y a dedicarme tiempo. Creo que llevo muchos años dedicando todo mi ser al estudio y al trabajo, lo cual, en el largo plazo, va en contraposición a muchos valores relevantes y a una visión del mundo más sensible y humana. En forma equivocada, había dejado de lado cosas muy importantes.
En este tiempo, hay muchos momentos lindísimos, uno de ellos es cuando llegaste al trabajo a abrazarme y besarme. Es lindo por lo espontáneo que fue y por el hecho de que me sentía solo. Otro hermoso suceso fue cuando me dijiste que querías tener dos hijos y casarte. Me gustó porque me dio una visión clara de donde debíamos terminar.
Es mucho más fácil seguir un camino cuando sabemos hacia dónde vamos.
El amor no es sin condiciones, por lo que te pido vehemente que confíes en mí, me tengas paciencia y me respetes. Mi intención es clara, seguir el camino planteado y rechazar con fortaleza cualquier cosa que me intente desviar. Hoy, agradezco a la vida y al universo por tener la oportunidad de seguir sobre este camino, compartir una noche más juntos, sabiendo que el recorrido finalizará, para algún otro día tomar otro distinto.
No quiero terminar esta carta si repasar tus cualidades, las cosas lindas que he visto en ti: la visita al hogar de ancianos, tu forma amorosa de tratar a tus sobrinas, tu entrega y pasión cuando compartes tu tiempo conmigo, y tu claridad e inteligencia en la parte laboral. Hay muchas más mi vida.
Te amo <3